El Barro Verde, Un Color Esmeralda del Sur Mexicano
enero 9, 2025Las técnicas antiguas de alfarería han sido resultado de un sincretismo cultural, prácticas de imitación continua, y rescate de técnicas ancestrales latente, que en conjunto con la rica herencia de leyendas, gobernantes e historias, conforman el amplio repertorio cultural y artístico del enigmático estado de Oaxaca. Seguramente todos nos hemos preguntado alguna vez, ¿De dónde vienen aquellos colores tan llenos de vida y textura? ¿Qué prácticas, repeticiones y rostros guarda el barro?
En este artículo, exploraremos el tradicional Barro Verde de Santa María Atzompa. Un trabajo de muchos años, que destaca por su particular brillo, así como sus hermosos diseños y bandas.
Imágenes Acompañando La Historia Mexicana
Al centro de la mesa reposa la jarra de barro verde vidriado, una pieza que destila, además del vapor de un chocolate caliente, la esencia misma de los talleres de arte popular de Oaxaca. Su superficie reluce con un brillo profundo y casi esmeralda, fruto del delicado barniz que evoca la memoria de los campos que cubren la tierra zapoteca y característico del barro mexicano de Santa María Atzompa. En sus detalles se aprecian las manos del artesano que moldeó su forma y dio vida a este recipiente que ahora contiene el aroma dulce y especiado del chocolate caliente, listo para ser servido. La jarra, a la vez rústica y elegante, es testimonio vivo de una tradición que mezcla tierra, fuego y arte, preparado con la misma reverencia que el chocolate de la abuela. La tradición del barro vidriado verde de Atzompa no solo es una muestra de habilidad artesanal, sino también un reflejo de la historia de un pueblo que ha mantenido sus técnicas a lo largo de los siglos. Su belleza no solo se refleja en su apariencia, sino en la historia que cada pieza lleva consigo, una historia de generaciones de alfareros que han logrado preservar un legado cultural único.
La alfarería vidriada verde de Atzompa tiene una tradición que se remonta a la época prehispánica, específicamente entre los siglos VII y IX, cuando el pueblo se estableció como satélite de la gran ciudad zapoteca de Monte Albán. El proceso para crear las piezas de barro vidriado comienza con la recolección de arcilla, cuidadosamente seleccionada de las tierras que rodean al pueblo. Una vez extraído, el barro es amasado para eliminar impurezas y lograr una textura uniforme que permita su fácil manejo. Los artesanos moldean las piezas con técnicas ancestrales, utilizando sus manos o moldes de madera y piedra para dar forma a jarras, cántaros, platos y otros utensilios. La experiencia y destreza del alfarero son evidentes en cada detalle, ya que cada pieza debe tener un equilibrio perfecto entre funcionalidad y estética. Una vez moldeadas, las piezas se dejan secar al sol, ese faro cálido que permite que el barro adquiera su firmeza antes de ingresar al horno tradicional. El característico color verde se logra a través de la greda: polvo que los alfareros vuelven sustancia líquida al combinarlo con agua, para luego impregnarlo a sus piezas una a una. Tras la aplicación del esmalte, las piezas regresan al horno para un segundo horneado, donde el calor extremo fija el vidriado y otorga a las obras un brillo que emana desde su interior, como si cada pieza contuviera en su superficie un fragmento de la naturaleza misma. Este proceso, que puede durar varios días, resalta la paciencia y dedicación de los artesanos, quienes mantienen vivo un conocimiento ancestral que sigue siendo transmitido con amor y orgullo.
Una Técnica de Muchas Regiones
Para aquellos que quieran llevar un trozo de esta rica tradición a su hogar, De Corazón México, ubicada en Plaza San jacinto 20, San Ángel, ofrece una selección de piezas de barro verde vidriado originarias de Santa María Atzompa. Cada pieza, con su elegancia rústica, es un elemento esencial en la cocina mexicana que honra la memoria histórica de la región.